miércoles, 22 de junio de 2011

Para alcanzar un sueño se requiere poner los pies en la tierra

Me gusta preguntarle a las personas: ¿Con qué sueñas?¿Cómo te visualizas en el futuro?¿Qué te gustaría lograr el próximo año? Y encuentro en general muchas respuestas inexactas, incertidumbre o simplemente algunos ya dejaron de soñar. A pesar de esto, profundizando un poco más, descubro que las personas aún tienen sueños, anhelos que han estado guardados por años en el cajón del olvido,  y veo como sus ojos brillan al hablar de aquellas cosas que realmente les gustaría obtener, hacer o lograr.

El paso del tiempo, los obstáculos del presente, las circunstancias cambiantes, hacen que esos sueños se asfixien o simplemente queden archivados. Algunos siguen soñando y sueñan con cosas grandes, maravillosas. Uno los escucha y dice: -¡Wow, que idea tan buena, a mi no se me hubiera ocurrido!-. Realmente uno puede ver que en cada persona hay un potencial asombroso. Cada persona tiene algo que lo identifica, algo que lo hace diferente de los demás, algo que lo hace destacable y único. Y ese potencial lo puede llevar a tener éxito, a ser reconocido, a ser útil a los demás, o simplemente, a lograr ese sueño personal que le puede hacer feliz. No necesariamente los sueños tienen que ver con alcanzar el reconocimiento. Los sueños son algo muy personal, pero es ese algo que representa un reto, la cima de una montaña de difícil acceso, que si logramos conquistarla, traera una profunda satisfacción.

No se trata simplemente de ser rico. El sentido de satisfacción va más allá de eso. El verdadero sentido de satisfacción viene cuando desarrollamos nuestro potencial para lograr el sueño que anhelamos. La fantasía es la herramienta creativa que nos permite visualizar aquello que no tenemos al frente de nuestra vista, que nos permite ampliar nuestro horizonte y soñar lo inimaginado, aquello que puede representar aún la felicidad. El problema está en quedarnos flotando en las nubes de la ensoñación y no llevar a cabo nada. Creemos que sólo soñando las cosas se nos darán, los astros se alinearán, las circunstancias encajarán y finalmente veremos  un día, de repente, todos nuestros sueños, hechos una realidad. Pero el sueño no se hará realidad a menos que intervengamos y decidamos emprender, tomar acción, hacer algo al respecto.

¿Qué debemos hacer? Tengamos en cuenta las siguientes pautas, que no son ninguna fórmula mágica, sino unos puntos que debemos tener en cuenta para que estos sueños se puedan llegar a concretar.
  • Ubique su punto de partida. Sea realista. Acepte las limitaciones que tiene en la actualidad pero también mire con que recursos cuenta, en cuanto conocimiento, finanzas y aún su nivel de motivación.

  • Visualice un punto de llegada. Es decir, empiece a soñar, sueñe en grande, mire todo lo que puede llegar a suceder en el futuro, piense en como su sueño puede ayudar a otras personas, en cómo puede generar cambios positivos en la humanidad. Inspírese con ejemplos, testimonios, biografías y experiencias de personas, empresas y organizaciones que lograron poner por obra sueños grandes y pequeños, con los cuales usted se pueda identificar.

  • Empiece con cosas pequeñas. No se trata de endeudarse ni querer hacer muchas cosas a la vez. Tan solo comience con tareas pequeñas, con cosas muy puntuales, concéntrese en algo específico que usted quiere desarrollar. Por ejemplo si usted quiere tener un supermercado con productos 100% naturales, sembrados en la terraza de su casa, entonces comience sembrando un tomate, fríjol, lechuga, etc. A lo que me refiero es, que ustede debe obligarse a comenzar. Hay personas que dicen: - Es que quiero hacer tantas cosas, que no sé por donde comenzar-. Entonces tome una decisión. No tiene que esperar una emoción súbita o que un ángel del cielo descienda y le diga lo que usted tiene que hacer. Simplemente láncese a hacer algo con lo cual usted es afín y siente que puede hacer algo único y especial.

  • No tema equivocarse. Por supuesto que es importante la planificación, anticiparse al error, para evitar pérdidas innecesarias de tiempo o dinero. Pero si usted se justifica en que tiene temor a equivocarse, entonces nunca hará nada. En ocasiones fallaremos, a veces tropezaremos, no siempre se obtiene el mejor resultado la primera vez. Es necesario aprender también de los errores, porque eso le da dará la experticia que usted y otros valorarán. Lo que hoy puede ser una experiencia incómoda, triste o bochornosa, más adelante se convertirá en una anécdota invaluable que usted podrá traer a recordación.

  • Es necesario esforzarse. La principal razón por la cual las personas no logran sus sueños es que no quieren salir de su comodidad. Quieren tener el privilegio de disfrutar lograr las cosas, pero no quieren pagar un precio. Se necesita ser constante, perseverante, disciplinado y hasta testarudo para lograr lo que se quiere. Si no se puede por un lado, entonces insistir por el otro, golpear puertas, aceptar portazos en la cara, insistir, insistir e insistir. Y luego, volver a insistir. Es la única manera de ver nuestros sueños hechos una realidad. Un perezoso jamás verá cosas grandes en su vida. Hay que levantarse, sacudirse e ir por lo que se quiere.
Para ir a conquistar un sueño, se requiere primero despertar. Tener conciencia que hemos perdido mucho tiempo sin lograr aquello que queremos. Reaccionar y darnos cuenta que el tiempo es un recurso no renovable y que necesitamos hacer algo al respecto. Tal vez, tenías la seguridad y la certeza que pronto lograrías ese sueño anhelado:  tener una empresa, hacer un viaje, tener una casa, formar una familia, ayudar a otras personas, etc. Y pasaron los años y has visto que no has logrado nada de eso. Entonces optaste por archivar esos sueños y te limitaste simplemente a sobrevivir. Pero la vida va más allá de la mera supervivencia, se trata de darle sentido a nuestro vivir, desémpolvando los sueños, renovando otros, pero siempre teniendo claro que nuestra existencia tiene un propósito y que está en nuestras manos dejar un legado, una huella, y que podemos hacer grandes cosas si nos determinamos y decidimos en realidad despertar.